sábado, 30 de enero de 2010

La siesta de Einstein-Rosen


De lo que estoy segura es que la siesta mendocina es un agujero de gusano, un puente espacio-tiempo que se retuerce hacia todos lados, tal vez no más allá de ese bosque con desiertos o de ese desierto con bosques que es Mendoza, -y eso desde cualquier punto donde se haya caído pulverizado a babear la almohada. Entonces, ¿de qué sirve un túnel entre dimensiones si nada más se visita el sauna que es la provincia -eso sí, en sus variados tiempos y ciclos, serpenteando entre bodegas derruidas y a través de las muy modernas de hoy día, para salir a circular (como fantasma sonámbulo, porque en esos túneles uno es inasible y además viaja dormido) por un barrio enmarcado de acequias, idéntico a sí mismo desde al menos cinco décadas? Esos son mis favoritos, los barrios terrosos, solares, idénticos desde siempre. Ahí me corporizo, y le toco la puerta al amigo despierto, si es que hay alguno, a las casi seis de la tarde.

viernes, 15 de mayo de 2009

Usted está aquí

Yo vivo aquí. Cuando llegué a vivir aquí se estaban quemando unos pastizales cerca de la ciudad, y durante más de una semana los ojos ardían, la ropa olía a asado y en el aire flotaban pedacitos de ceniza. Cuando el aire se aclaró, me di cuenta de que igualmente la ciudad era como un jardín desmadrado al que ha ahogado la maleza, un yuyerío interminable de edificios, un laberinto que sólo se mira desde dentro y que de cualquier modo huele a asado. Por eso los mapas me tranquilizan: porque le ponen límites, la racionalizan, la vuelven abarcable.

En Mendoza es posible salir de la ciudad en poco tiempo, y mirarla desde fuera, desde arriba. También en Barcelona. Y en ambas ciudades tienen sentido los “arribas” y los “abajos”. Las calles suben o bajan, se baja al centro, o al mar, se sube al cerro. Buenos Aires es una planicie saturada e incomprensible para mí, abrumadora, que ni siquiera el río, siempre lejano, parece contener, y de la que solamente es imaginable salir en globo aerostático.

Pero en algunas esquinas (de esas que aquí, como en ninguna otra parte, es posible “doblar”) crecen sauces llorones junto a alguna casona de techo bajo, y por la noche, si hay algo de viento húmedo, puede intuirse la pampa: entonces me imagino esta tormenta que ahora se ensucia entre los autos arreciando, alguna vez, entre pastos, grillos y ranas. Y la imagen me da algo de respiro.

lo logré!!

disculpen que los incomode conmemorando mi insignificante triunfo. Espero, Seño, que esté orgullosa de mi

jueves, 14 de mayo de 2009

Tímidos hasta lo íntimo




Al arribo de alguna de las mesas en El Vivir, los temas circulaban espontáneos, imbuidos como andábamos, de “avidez de novedades”, y “habladurías”: todo ese remolino de existenciarios, que Heidegger endilga al hombre medio, el hombre que cae.
El Dasein, sumergido en el chisme, cayendo y cayendo al fondo de una jarra de cerveza, y un plato de maníes aceitosos. Hermosas tardes de sol mendocino, asaltadas sin descanso, por nosotros, los compañeros de la facultad de Filosofía.

El blog, en cambio, en el centro de nuestras ciudades cardinales, las que habita cada uno, en puntos distintos del cosmos latinoamericano, empieza tímido como una muda lengua voraz. Este ciber-tráfico nos mueve al chisme, y luego, sin embargo, quedamos mudos, encogidos, eludiendo ser atropellados por la vorágine de novedades y habladurías.

Ja, qué tímidos resultamos ser, ni que alguien se fuera asomar a esta esquina pequeñísima, a esta sucursal aséptica de El vivir, plana, sin risas, miradas, cervezas, cacahuates ni papas húmedas.

domingo, 3 de mayo de 2009

es una lata...

Hubo una generación de cantantes con acento de procedencia indescifrable. La cosa era sonar "extranjero". Aquí una pieza apropiada para el domingo a la noche, cuando la anticipación angustiosa del lunes está a punto de transformarse en alivio.

era en Granaderos casi Vicente Gil?

puse ese título para despistar, pero la verdad es que quería hablarles de que me dan vergüenza los blogs...
Soqui, que mapa más bonito!

inaugurando


Vaya primero una referencia común, el escenario del crimen, la ubicación inicial.
Para no perder pie analógico. Para que no se nos olvide la voz de Pocho Sosa en el Frank Romero Day, la de Jorge ídem en radio Nihuil.